De la escolarización a la desescolarización. (Versión 28 mayo de 2008)
Uno se embarca hacia tierras lejanas, indaga la naturaleza,
ansía el conocimiento de los hombres, inventa seres de
ficción, busca a Dios. Después se comprende que
el fantasma que se perseguía era Uno- Mismo.
Hombres y Engranajes – Primer párrafo
de la Justificación
Ernesto Sabato
En este escrito voy a intentar analizar y describir más o menos en “estilo académico”
algunos de los avances en relación con nuestro trabajo de estudio,
investigación, reflexión, práctica sobre porque personas que hemos
vivido la escolarización hoy en día preferimos la desescolarización.
Algunas
de estas ideas han sido tratadas de manera directa e indirecta en el
curso “Contexto cultural, social y político de la educación y la
pedagogía” con el profesor Javier Sáenz Obregón en la Maestría en Educación de la Universidad Nacional
de Colombia. Reitero el agradecimiento al profesor Sáenz por la
bibliografía programada y muchas de sus intervenciones durante el
curso, ya que la mayoría de estos textos y sus ideas han
sido de gran importancia para nuestro proceso de investigación,
reflexión, discusión, comprensión y práctica sobre la
crianza, el aprendizaje y la educación desescolarizada. También
aprovecho este escrito para reiterar el agradecimiento al profesor
Gabriel Restrepo y al profesor Víctor Florián por el seminario de
investigación donde he podido del mismo modo encontrar importantes
iluminaciones para nuestro trabajo.
Poder y el aconductamiento en la escuela
Con
frecuencia me pregunto y me preguntan por qué una persona que ha
alcanzado varios logros en la educación escolarizada promueve de manera
tan intensa los procesos de crianza, aprendizaje y educación
desescolarizada. Está es una pregunta que me exige describir algunas de
mis reflexiones acerca de mi historia de vida; especialmente referirme
a algunas ideas que se han hecho más concientes en los anteriores seis
años en que he estado trabajando sobre esta pregunta. Probablemente
puedo ser un poco “injusto” con mis muchos años de escolaridad, pero
hoy en día considero que no he aprendido y mucho menos se me ha
enseñado en la escuela lo que hoy en día considero elementos más
relevantes
de mi conocimiento. Tengo la profunda sensación que la mayoría y más
importantes aprendizajes en mi vida se han producido principalmente
mediante procesos y eventos que no coinciden con las actividades,
programas y ámbitos formales de las escuelas y academias a las que he
estado vinculado durante años. Me refiero a los aprendizajes
cognitivos, aptitudinales, actitudinales que han determinado mi
desempeño social, laboral, profesional, técnico, político, familiar,
afectivo, espiritual.
Estuve
vinculado a aproximadamente 12 colegios de educación preescolar, básica
y secundaria; en algunos no continué por cambios de ciudad de
residencia con mi familia; en otros no puede continuar por problemas
disciplinares; en la mayoría de las situaciones de mi vida no he podido
aceptar de manera obediente y complaciente los criterios y prácticas de
disciplina, orden y autoritarismo que se promueven e imponen de manera
hegemónica en la escuela. Estudiando un poco el emblemático e histórico
libro Didáctica Magna
entiendo que las características de orden autoritario fundamentan el
mismo origen de la escuela, mediante el análisis de este texto se puede
comprender de manera más precisa la intensión de
homogenización maquinal que se tiene desde el mismo inicio de la
escuela formal, hasta el punto en que el religioso Juan Comenio, autor
de este libro utiliza la analogía del orden del reloj para referirse al
tipo de orden que se debe construir en la escuela, además hace una
descripción resumida de su propuesta educativa comparándola con la
producción de una imprenta. A propósito dice Luis Fernando Ramírez
Barrero en varios de sus textos:
“ya
en el Egipto de Cleopatra quienes quisieran acceder a algún tipo de
saber, como aprender a trepanar cerebros o conocer los secretos de las
plantas curativas, la receta para producir “la mejor cerveza del
Meditarráneo”, del cómo medir la tierra, construir pirámides y demás
conocimientos y saberes que constituían el acumulado de la cultura
egipcia, eran unos pocos; para adquirir saber y conocimiento, factores
de poder que permiten
sojuzgar a otros, había que ingresar al Templo donde necesariamente se
vivían dos años de iniciación en los que nada se aprendía, sólo se
realizaban oficios domésticos, mientras “el establecimiento” evaluaba
quién le era leal y quién no. Quien no superaba tal prueba era reducido
al mundo de tales oficios, minimizando así sus posibilidades de
realización. Se prefigura desde entonces la academia como recurso del
“establecimiento” para el “formateo” y control del travieso sujeto
humano. Esto ha llevado a una restricción dramática y torpe en la
circulación de saberes, en las posibilidades de realización del ser
humano y, en la movilidad social; lo que constituye causa, de peso
importante, de la discriminación y exclusión que impiden la realización
de los ideales democráticos”.
Considero
que este texto de Luis Fernando Ramírez es bastante iluminador en
relación con las tareas de filtro y dominación que se hacen desde la
escuela, aunque no estoy de acuerdo con su esperanza final acerca de
los ideales democráticos.
Desde luego que hay formas posibles para subsistir en la escuela
mediante la resistencia a muchas de esas fuerzas hegemónicas, pero se
tiene que estar dispuesto a vivir en la marginalidad y hasta aprender a
resistir el maltrato. Muy probablemente se puede desarrollar un proceso
más vital si se opta por la disidencia a la escuela, posiblemente desde
la disidencia a la escuela es viable la mistagogía, “en sentido
etimológico es guiar a través de lo secreto………es una nueva forma de
ver, viéndose a fondo. Implica descentrarse, deconstruir y reconstruir
para recentrarse y recrearse. Un amor al saber por un saber del amor.
Una sabiduría que no es sólo saber, ni saber de la vida (en el
paradigma ecológico), sino saber qué da vida, en sentido ecosófico (en
su etimología es saber de la casa, en este caso de la ecúmene, que es
casa global, la tierra)”,
es muy interesante esta noción, no comparto los temores que manifiesta
Gabriel Restrepo por las dificultades y costos académicos que surgen
por la relación de la mistagogía con lo esotérico y mágico. Edgar Morin
dice:
“Por
ello sería un gran error (y, por lo demás, sería otra creencia mítica)
creer que el mito ha sido expulsado por la racionalidad moderna y que
su último refugio es el reino de la muerte. La muerte es sin duda un
agujero negro para la razón y un sol radiante para le mito. Pero lo
real, territorio del pensamiento empírico – racional, es igualmente el
terreno del mito. En cierto sentido, lo real todavía es más insondable
que la muerte: se ha podido, si acaso, encontrar razones para la
muerte, como el segundo principio de la termodinámica; todavía no se ha
encontrado ninguna “razón de ser” de lo
que es. Por ello, el mito surge en la humanidad no sólo del abismo de
la muerte, sino también del misterio de la existencia. De hecho, y
siempre, en toda sociedad habrá a la vez racionalidad, mitología,
religión.”
Desde
mi comprensiones actuales el proceso de selección y dominación en la
escuela se sigue haciendo, en algunos casos, de maneras muy
sofisticadas y efectivas, hoy en día en las diversas formas de escuela
se sigue imponiendo tipos de comportamiento y formas de pensar
hegemónicas que son indispensables para poder estar y sobrevivir en
esos espacios. Cada vez estoy más convencido que los procesos de
evaluación y acreditación son mecanismos técnicamente
sofisticados para seguir avanzando en los propósitos de control,
alienación, homogenización y dominación. Es interesante detenerse a mirar como los instrumentos y prácticas relacionadas con los “exámenes, inspecciones, archivos”,
se mantienen aun en la escuela, tan solo con algunos cambios
cosméticos. Bastante diciente sobre este asunto, la noción de “fina red
de control sobre la sociedad” que utiliza el historiador Carlo Ginzburg descritos por James Donald, donde se describen los múltiples mecanismos y acciones para avanzar en esos propósitos de dominación.
Aprendizaje y vida cotidiana
Hoy en día considero que algunos de mis aprendizajes más importantes, por ejemplo relacionados con los
procesos para construir comprensiones acerca de las relaciones entre
los seres vivos y sus medios, las empecé a lograr en mis paseos a
cosechar frutos silvestres, a pescar, a cazar;
actividades que se sucedían en muchas ocasiones cuando era suspendido o
me escapaba de las escuela. Algunos de mis orígenes en aprendizajes
relevantes sobre geografía e historia los relaciono con visitas a
diversos lugares en las actividades familiares y sociales; mis
comprensiones sobre matemáticas y economía están relacionados con mis
vínculos y tareas en el contexto doméstico familiar y el contexto
laboral especialmente de mi papá; mis entendimientos sobre los asuntos
sociales y políticos considero que sucedieron, durante mi niñez y
adolescencia, principalmente en los contextos familiares y sociales,
sí, algunos de mis comprensiones sociales y políticas también empiezan
probablemente a surgir a partir de las tensiones y conflictos en los
que participaba directamente en el ámbito escolar. Es decir las
posibilidades educativas, pedagógicas y de aprendizaje de la
experiencia, como lo dice John Dewey,
es de gran potencia, pero no estoy de acuerdo con este autor al
considerar que ese potencial es posible desarrollarlo en la escuela, ya
que en ese lugar no se puede dar el clima de aprendizaje
necesario. Porque las dinámicas maquinales de producción fordiana o
posfordianas basadas en la certeza y el supuesto resultado eficiente
que caracterizan principalmente a la escuela, impiden que la
experiencia sea un elemento relevante del proceso de aprendizaje. El
estudio, análisis, trabajo de la experiencia requiere de
contextos de aprendizaje que permitan la diversidad, discontinuidad, la
flexibilidad, la complejidad, la inestabilidad, la incertidumbre con
grandes dosis de afecto.
Volvería a la escuela… ¡por el recreo!
En
los anteriores recientes años cuando conversamos con frecuencia con
muchas persona de diferentes procesos y contextos, sobre la escuela y
sus experiencias, la mayoría, probablemente la totalidad de esos
relatos, coinciden en que los momentos de mayor disfrute y aprendizaje
durante su estadía en las escuelas y colegios sucedían en las
actividades menos formales o informales o hasta casuales de los
procesos escolares; en el recreo, en el campamento, la fiesta, en la
suspensión de clases, en los encuentros con compañeros y compañeras
donde lo menos que se hacían eran las tareas escolares; en la ausencia
de un profesor o una profesora, en el transporte hacia el colegio.
Probablemente podría afirmar que los procesos de encarnamiento del conocimiento sobre todo suceden en esos momentos donde el nivel de disfrute y disposición para el aprendizaje es mayor.
Probablemente también de manera un poco “injusta” no logro recordar profesoras o profesores con
los que, en los muchos años de educación formal de preescolar, básica o
secundaria, haya podido lograr aprendizajes positivos y relevantes. Por
el contrario recuerdo muchas situaciones tristes donde las medidas
represivas y autoritarias me hacían vivir situaciones bastante
desagradables, no solo en momentos del ámbito disciplinar, si no en
reiteradas ocasiones del proceso académico, muchas de ellas
caracterizadas por el proceso de atontamiento,
donde el profesor o profesora mediante su práctica explicativa intentan
reforzar el relevante presupuesto escolar sobre la “desigualdad en las
inteligencias”.
En las formas en que comprendemos y asumimos las prácticas de la
crianza, aprendizaje y educación desescolarizada las personas que
participamos directamente en esos procesos, sobre todo intentamos
asumir nuestra dimensión de aprendices que acompañamos los intereses de
búsqueda, conocimiento y aprendizaje de los niños y las
niñas.
Otro elemento sustancialmente problemático en la escuela es el de la circulación restringida y hasta obstruida del afecto,
entendiendo que esta manifestación social es un necesario
potencializador de lo talentos de los seres humanos, al contrario del
optimismo del profesor Gabriel Restrepo en este sentido, yo considero
que las características estructurales de la escuela como la
homogenización, dominación, masificación, el trato impersonal en la
mayoría de los casos, la promoción de la competencia, los estímulos al
conocimiento alejados del proceso individual de construcción de sujeto,
las características de los seres humanos que asumen las tareas de
maestros y maestras,
hacen imposible que la calidad y el nivel de afecto crezca o por lo
menos sea una manifestación regular y presente en la mayoría de la
relaciones que se dan en la escuela. Henry Adams dice que un maestro de escuela es “…..un hombre empleado para mentir a los muchachitos”.
Desde hace algunos años he estado trabajando, entre otras, sobre la siguiente hipótesis; cuando
los seres humanos desde su gestación, nacimiento y
primeros años de vida, cuentan con la atención, cariño y cuidado en las
mayores intensidades y calidades posibles por parte de sus papás, mamás
y familias, probablemente sus necesidades y búsquedas posteriores de
reconocimiento no sean excesivamente problemáticas y sus vidas pueden
ser bastante tranquilas y pacíficas. Por el contrario, cuando los seres
humanos no cuentan con esos cuidados y atenciones, parece ser que es
esta una de las causas por las cuales tantos seres humanos se
obsesionan de manera enferma por obtener reconocimiento, éxito, fama y
poder, para lo cual están dispuestos y practican diferentes formas de
violencia y esclavitud creciente. En los anteriores años he intentado
conocer y estudiar con relativo detalle la historia de vida de personas
con altos deseos de reconocimiento, fama, poder en los ámbitos
académicos, políticos, empresariales, sociales, religiosos, deportivos,
culturales, económico, es interesante encontrar que todas esas personas
tienen
grandes carencias afectivas, de cuidado y de atención en sus primeros
años de vida por parte de sus familias, en algunos muchos casos hasta
han sido abandonad@s, pero además, esas personas por lo general no
están interesadas en revisar desde esas perspectivas sus historias de
vida, lo cual los hace reproducir esas prácticas de desatención y
abandono con sus hijos e hijas. Laura Gutman destacada investigadora
argentina sobre temas de crianza y educación dice que “todas las formas
de violencia se generan a partir de la falta de maternaje”
aunque en algunos textos ella parece que da entender que en su noción
de “maternaje” incluye también la participación de los hombres, sin
embargo yo prefiero afirmar que la causa de la mayoría de los problemas
más graves de los seres humanos están originados en la falta de
maternaje y paternaje, entendiendo como paternaje la atención, cuidado
y cariño intenso, permanente que los hombres papás le damos a nuestros
hijos e hijas.
Para mi ha sido bastante iluminador encontrar en diversos textos sobre estos temas, por ejemplo en Arqueología de la Escuela
las
descripciones y análisis que se hacen sobre la escuela como medio,
entre otros propósitos de esta, para reducir la influencia de las
familias en la educación de sus hijos e hijas, además como medio para
influir y transformar los valores en las familias. En ese proceso es
entendible porqué la mayoría de los seres humanos han asumido que la
mejor forma y tal vez la única manera de criar y educar a sus hijos e
hijas es obligándolos a ir a la escuela. Desde luego que este asunto es
mucho más complejo de lo que puedo aquí intentar describir, cada vez
estoy más convencido que la escuela es un poderoso instrumento para la
promoción y reproducción de la cultura capitalista enferma por el
consumo. A las mayorías de las poblaciones marginadas materialmente,
desde la escuela, se les refuerza la falsa ilusión del progreso
capitalista y por lo tanto de los crecientes niveles de esclavitud como
mal menor, a las mayorías de las poblaciones con medias condiciones
materiales, la escuela
les brinda la posibilidad aparente para que sus hijos e hijas aceleren
su proceso de movilidad social, contundentemente desmentida esa ilusión
de movilidad social por diversos trabajo sobre desarrollo económico,
para las poblaciones con mejores condiciones materiales la escuela es
la
posibilidad para seguir conservando y aumentando esas condiciones. Para
todos esos papás, mamás y familias, también la escuela es lugar donde
sus hijos e hijas pasan la mayor cantidad de tiempo de sus vidas,
delegando en otros sus responsabilidades de crianza, educación y
aprendizaje, además, permitiéndoles a las poblaciones marginadas
materialmente contar con el tiempo necesario para conseguir los
recursos para su subsistencia y a los otros destinar mucho tiempo para
sus búsquedas de mayores posesiones materiales. Así, para los unos como
a los otros, es decir para la mayoría de los seres humanos, se refuerza
y facilita la idea que “la felicidad esta en salir de compras” como lo
dice el gran maestro Ernesto Sabato. Aunque para el muy destacado
investigador internacional y actual Ministro de Educación en Argentina,
Juan Carlos Tedesco,
el modelo “normal” de familia es el de la consumista capitalista que
requiere de la escuela para liberar el tiempo que necesita para sus
actividades de producción y consumo. Considero que la resistencia y la
posible disidencia política a ese modelo es necesaria y hasta
indispensable para poder procurar a los seres humanos los procesos de
crianza, aprendizaje y educación que puedan dar esperanzas y
probabilidades a la subsistencia de la especie humana y del planeta.
Además es muy probable que la gran mayoría de
papás, mamás y familias obliguen a sus hijas e hijos a ir a la escuela,
porque ellos, las y los adultos, no han reflexionado suficientemente
sobre sus procesos de crianza, aprendizaje y educación, probablemente
si lo hicieran encontrarían sufrientes razones para ofrecerles a sus
hijos e hijas alternativas a la escolarización.
Con
menos de los recursos financieros y logísticos que se destinan a la
escolarización de los sectores marginados materialmente, se podrían
desarrollar procesos de crianza, aprendizaje y educación de mejor
calidad
para esas poblaciones, con posibilidades de muchos mayores niveles de
afecto, emancipación, bienestar, autonomía, libertad. Desde luego que
estos propósitos no son compatibles con los crecientes niveles de
control, dominación, alienación, homogenización que se pretenden desde
las diferentes formas de poder hegemónico en la sociedad; la escuela es
un instrumento bastante funcional a esos intereses. Lo anterior sin
considerar los grandes intereses de lucro monetario para los actores
involucrados en los proyectos de construcción, mantenimiento y dotación
de la infraestructura de la educación escolarizada. No creo en la
“teoría de la gran conspiración”, no creo que haya únicos lugares de
centralidad y poder desde donde se coordinan las perversidades del
mudo, pero si considero que es posible entender que nuestras
condiciones humanas están dispuestas a asumir y practicar conductas que
nos alejan de nuestras posibilidades de emancipación. Considero que la
siguiente idea del gran
maestro Ivan Illich es bastante iluminadora al respecto:
“La escuela parece estar eminentemente dotada para ser la Iglesia Universal de nuestra cultura en decadencia...
La escuela sirve eficazmente como generadora y sostén del mito social del progreso
debido a que posee la estructura de un juego ritual de promociones graduales...
La escuela es un rito iniciatorio que introduce al neófito a la carrera sagrada del consumo progresivo...
El universitario titulado ha sido escolarizado para cumplir un servicio de reclutamiento entre los ricos de la tierra...
La universidad moderna ha alienado su oportunidad de proporcionar sencillamente un marco para encuentros
autónomos y anárquicos, orientados pero no planificados, entusiastas. En cambio, ha elegido convertirse en gerente de un proceso que fabrica los productos llamados investigación y docencia”.
Hoy
en día considero que los procesos de educación escolarizada basada en
los rígidos límites disciplinares puestos en escena mediante
asignaturas que corresponden a esas disciplinas, donde poco o nada
dialogan entre ellas, reducen o eliminan la posibilidad de construir
conocimientos integrales y pertinentes para la comprensión de la vida y
el desarrollo de habilidades concretas para la supervivencia y
desenvolvimiento en nuestra sociedad depredadora. Los procesos de
educación y aprendizaje que se estimulan o acompañan de manera
desescolarizada permiten, si se quiere de esa manera, realizar
búsquedas de conocimientos caracterizados
por poco o inexistentes límites disciplinares, las situaciones,
experiencias, problemas, asuntos sobre los que se trabaja, exigen
múltiples tipos de conocimientos de manera simultanea o como se insiste
en algunos ámbitos, se promueve o se necesita de miradas o abordajes
transdisciplinares.
En la escuela el proceso de socialización es extremadamente limitado, los niños, niñas, adolescentes
y jóvenes que allí participan en el mejor de lo casos construyen
relaciones regulares y cercanas con otros niños, niñas y adolescentes
de sus mismas edades y de características culturales, sociales,
económicas, políticas muy similares, esta puede ser una importante
causa de la fragmentación social y exclusión creciente en nuestra
sociedad y la creciente incapacidad de la mayoría de los
seres para producir diálogo intergeneracional. En los
procesos desescolarizados los seres humanos que allí participan; niños,
niñas, adolescentes, jóvenes, adultos, tienen la posibilidad cotidiana
de múltiples y diversos encuentros con personas de diferentes
características etareas, sociales, culturales, económicas, políticas,
sociales, presentes en los muchos ámbitos probables
de los procesos desescolarizados de crianza, aprendizaje y educación;
parques, museos, bibliotecas, barrio, casa, vecindad, campo, paseos,
centros deportivos, centros culturales, calles, ciudades, viajes,
laboratorios, empresas, probablemente estas son algunas
de las causas por las cuales, los seres humanos desescolarizados,
pueden desarrollar mayores capacidades para la integración y la
inclusión, además de constituir habilidades importantes para el
intercambio generacional, medio muy potente para el aprendizaje y el
autoaprendizaje. Cada vez creo menos en las posibilidades de la
“enseñanza”, considero que los seres humanos aprendemos, no se nos
enseña. Así, en la medida que cada vez se nos estimule más el
autoaprendizaje podemos desarrollar mayores capacidades para vivir,
sobrevivir y subsistir de maneras más autónomas y por lo tanto menos
dependientes de los poderes de dominación. Mary Griffith
describe mediante unos ejemplos de manera muy significativa la relación
de los niños y niñas escolarizados y desescolarizados con el
conocimiento;
“imagínese
dos estudiantes de 15 años estudiando geometría, las dos usan lápiz,
papel, regla y compás, ¿cuál es la diferencia entre estas dos
estudiantes? La escolarizada soluciona problemas que le asignó su
profesor de geometría y aunque le interesa el tema no puede dedicarle
más de 20 minutos pues debe leer un capítulo de libro de historia y
terminar un trabajo de ingles para mañana. La desescolarizada, nunca ha
ido a la escuela, en la primavera anterior ayudo a construir macetas de
madera
para la huerta de su casa y se intereso en la formas y las medidas de
dicha construcción. Se hizo muchas preguntas sobre ángulos y formas.
Después de varios viajes a la biblioteca con su mamá y sus hermanos ha
decidido estudiar el tópico. Durante las ultimas semanas ha estudiado
geometría todas las horas que ha querido y ya empieza a vislumbrar de
la existencia de la geometría no euclidiana. La desescolarización es
cuestión de actitud y aproximación: hace que el aprendiz esté a cargo
del aprendizaje”.
Actualmente
tengo la profunda convicción que la crianza, aprendizaje y educación
desescolarizada facilitan la autocreación de la que habla Pico de la Mirándola en su magnifico poema:
No te di ni faz, ni lugar que te sea propio,
ningún don que te sea particular,
Oh Adán, para que tu faz,
tu puesto y tus dones tú los quieras,
los conquistes, y tú los poseas por ti
mismo.
La naturaleza encierra otras especies,
con leyes por mí establecidas;
pero tú que no subyaces a límite alguno,
con tu propio arbitrio, al cual te confié,
tú por ti mismo te defines.
Te he puesto en el centro del mundo
a fin de que tú puedas contemplar
lo que el mismo contiene.
No te hice ni celestial ni terrenal,
ni mortal ni inmortal, para que por ti mismo,
libremente, a guisa de buen pintor o provecto escultor,
tú plasmes tu propia imagen.
Otro
elemento que me hace considerar la educación y aprendizaje
desescolarizado como deseable, son las posibilidades que allí se dan,
simultaneas a todos los otros tipos de conocimientos, para poder
estimular procesos de construcción conciente de sujeto y promover procesos permanentes y explícitos para el cuidado de sí, como búsquedas de emancipación que además permiten ejercer y fortalecer prácticas de libertad
improbables en la escuela. Considero que la escuela no puede estimular
en el mismo nivel la autonomía en los seres humanos, pues necesita de
personas lo más heterónomas y dóciles posibles, para poder llevar a
cabo sus procesos maquinales sin mayores alteraciones. La promoción
intensa de la competencia en la escuela es una señal más
de lo funcional que es esta institución a la cultura capitalista
criminal, donde con esta promoción se intenta reforzar los paradigmas
hegemónicos de desigualdad, dominación, vencedores, vencidos,
obediencia, sumisión. Recientemente en una charla sobre algunos de
estos temas con estudiantes de último año de un colegio de Bogotá
reconocido por ser de elite académica, social, económica, cultural,
muchos de ellos insistían en la siguiente pregunta ¿Cómo puede una
persona que no va al colegio aprender a obedecer? Luego decían las y
los estudiantes, que el aprender a obedecer es una característica
fundamental para poder progresar en la sociedad, considero que lo
anterior reafirma la idea de que la escuela esta haciendo “muy bien su
tarea”. Pedro Garcia Olivo citando a Nietzsche dice “…la operación
policial sobre el deseo desplegada por la Escuela con el objeto de formar lo antes posible empleados útiles y
asegurarse de su docilidad incondicional”.
Ese interés de la docilidad incondicional también está presente en la
hegemónica costumbre de la escuela de intentar suplir la pregunta por
la enseñanza de la respuesta y hasta pretender anular la palabra,
mediante las prácticas
acostumbradas y generalizadas de la interdicción.
Probablemente
también surge la pregunta por qué promoviendo la desescolarización
estoy actualmente vinculado formalmente a una escuela, la Universidad Nacional,
bueno podría posiblemente decir muchas cosas, solo voy a decir algunas
cuantas; inicialmente soy conciente de mis grados probables de
contradicción y hasta incoherencia, tal vez si mi
papá y mamá me hubieran dado la oportunidad de conocer la
desescolarización desde mis primeros años de vida no estaría hoy en día
en esta escuela y ni hubiera sido miembro formal de ninguna,
probablemente mis niveles de autonomía y autoaprendizaje tendrían un
nivel de desarrollo que no necesitaría de relaciones formales con la
escuela. He tenido diversos vínculos desde hace 20 años con la Universidad Nacional,
la considero la mejor escuela de Colombia, me siento orgulloso hoy en
día de ser uno de sus miembros formales, me duele y rechazo el proceso
de mercantilización capitalista que cada vez se le aplica más. Después
de una experiencia reciente un poco triste, aunque con buenas
calificaciones, en la Maestría en Economía también en esta escuela,
actualmente en mi proceso y en los diversos contextos de la Maestría
en Educación y del Instituto de Investigaciones en Educación estoy
logrando importantes intercambios y aprendizajes sobre temas que son de
gran relevancia para mi proceso vital. Nuevamente en esta experiencia
de educación formal, considero que las aproximaciones a conocimientos
relevantes y aprendizajes importantes están sucediendo en las
actividades menos formales y rígidas de la escuela.
Con
todo lo anterior no estoy asegurando que los procesos de crianza,
aprendizaje y educación desescolarizada son siempre mejores a los
procesos escolarizados, todo depende, como probablemente casi todo en
la vida, todo depende, depende de muchos elementos que constituyen los
contextos de vida, pero si estoy convencido por ahora que la
desescolarización es un proceso con mayores posibilidades para
ayudarnos aprender a saber, aprender a hacer, aprender a tener,
aprender a ser y aprender a vivir,
es decir a ser seres humanos más vitales, más concientes con nuestro
proceso de construcción como sujetos, más responsables con nuestros
entornos y hasta más capaces para sobrevivir y subsistir en la
sociedad.
Cordialmente,
Muchas gracias por la lectura, atención y críticas.
Salud y las mejores energías.
Erwin Fabián García López – erwinfabiangl@...
Aprendiz de la maestría en educación
Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá.
Hay muchas probables definiciones para la noción de
desescolarización, la de Pat Farenga http://www.patfarenga.com/index.html discípulo de John
Caldwell Holt nos gusta bastante, pero para efectos de facilitar este
escrito vamos a entender desescolarización como los procesos de
crianza, aprendizaje y educación que suceden por fura de la escuela, el
colegio, la universidad en general de las instituciones de educación y
sus actividades formales.
Donald, J. “Faros del futuro: enseñanza, sujeción y subjetivación”, en Larrosa, J. (ed.). Escuela, poder y subjetivación, Barcelona: Ediciones La Piqueta. Donald, J. “Faros del futuro: enseñanza, sujeción y subjetivación”, en Larrosa, J. (ed.). Escuela, poder y subjetivación, Barcelona: Ediciones La Piqueta.
Sobre este concepto de clima de aprendizaje revisar artículos de los trabajo de Luis Fernando Ramírez Barrero http://www.abrapalabra.net/
Para profundizar en algunas de las criticas más contundentes a la escuela contemporánea es pertinente estudiar: John Taylor Gatto, Por qué la escuela no educa. Discurso de aceptación de John Taylor Gatto para el galardón de Maestro del Año de Nueva York, el 30 de enero de 1990.
John Taylor Gatto. Historia secreta del sistema educativo. Underground History of American Education.
Henry Adams, La educación de Henry Adams. Barcelona, España. Alba Editorial. 2001.
Juan Carlos Tedesco. Educar en la sociedad del conocimiento. México, Fondo de Cultura Económica 2000.
Carta de la transdisciplinariedad. Convento de Arrábida noviembre de 1994. http://www.filosofia.org/cod/c1994tra.htm
Pico de la Mirándola (1463 – 1494) . Oratio De Hominis Dignitate. Traducción: Profesor Carlo Federici Casa.
Promovemos
un grupo electrónico para conversar sobre búsquedas relacionadas con
crianza, educación, construcción de conocimiento, comprensiones sobre
la vida, si esta interesad@ en vincularse, por favor envíe un mensaje
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